De esta realidad espiritual se habla en muchos pasajes de la Biblia, con las expresiones citadas, sin que se dé una definición única. Esto fue el motivo de una serie de controversias que se produjeron principalmente a lo largo de tres periodos históricos: el siglo IV como siglo trinitario por excelencia, las crisis cismáticas de oriente y occidente acaecidas entre los siglos IX y XI y, por último, las distintas revisiones doctrinales nacidas de la reforma .
En torno a la naturaleza del Espíritu Santo se sostienen básicamente cuatro interpretaciones:
- Según las interpretaciones de carácter modalista, el Espíritu Santo es una fuerza o cualidad divina al modo de la sabiduría, la belleza, el amor o la bondad. El unitarismo, si bien guarda diferencias teológicas básicas con el modalismo, comparte esta visión de un Espíritu Santo impersonal que actúa siendo el Poder o Fuerza Activa de Dios. En cualquier caso, ambas corrientes comparten la visión de que el Espíritu Santo no es "algo" sino alguien.
- Según las interpretaciones de carácter arriano, el Espíritu Santo es una entidad espiritual o naturaleza angélica de carácter excelso, muy cercana a la divinidad, pero diferente a ella por su condición de criatura.
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